Silvia Marsó: «En el teatro los grandes personajes son mujeres»

Autor: Pepe Iglesias || Fecha:   Conversaciones, Escenas, Teatro

Que Silvia Marsó cumpla años (55 muy bien llevados) precisamente el Día de la Mujer es pura coincidencia. Nuestro destino no está decidido por la fecha ni el lugar de nacimiento, como lo muestra la señora C, la protagonista de la obra de Stefan Zweig 24 horas en la vida de una mujer que la actriz, reconocida intérprete de cine, teatro y televisión, está representando este fin de semana en Sevilla. 

24 horas en la vida de una mujer. Sesion de fotos.

-¿Por qué se decidió a llevar al teatro precisamente esta obra de Stefan Zweig, 24 horas en la vida de una mujer?

-Es una obra que se hacía en París y yo quería hacer algo difícil, arriesgado, diferente, innovador… Cuando la vi me gustó la música y también la novela, que ya había leído. Pensé que era diferente de todo lo que había hecho y un reto para mí.

-La novela plantea un debate entre la libertad individual y las normas sociales, la pertenencia al grupo. ¿Es así?

-Es una reflexión profunda que se establece a través de la trama, muy trepidante y dinámica, ya que condensa la vida de una persona en 24 horas. Pero luego hay una reflexión que recibe el público, como buen trabajo de Zweig. Era un autor que cuestionaba la condición humana. La reflexión trata sobre cómo nos creemos libres y con voluntad propia, pero muchas veces estamos supeditados a las condiciones sociales, la religión, la familias, el qué dirán… eso hace que nos perdamos la vida. Cuando llegamos a mayores nos damos cuenta de que quizás no hemos vivido, y ese es uno de los grandes planteamientos que me conmueven.

-¿Pero son incompatibles ambas cosas, la libertad y las normas sociales?

-No siempre, pero a veces hay que romper con lo establecido, reivindicar nuestra forma de ser y pensar. Cuando han existido estas pequeñas revoluciones siempre ha habido conflicto. Yo he tenido la suerte de hacer personajes de este calibre que reivindican cosas y se enfrentan a las sociedad, como en Casa de muñecas, donde la mujer decide pensar. O Yerma, que se enfrenta a Dios, a todos, a la naturaleza, porque no puede ser madre y no se conforma con la infertilidad. O en El zoo de cristal, que fue la última vez que estuve en Sevilla, donde una mujer está amargada por todo lo que perdió en su juventud y lucha para salir adelante, que es su único objetivo. Son personajes luchadores, y la señora C de 24 horas… también tiene ese componente de reflexión sobre la desigualdad durante tantos siglos. Él lo manifestaba en sus obras. Por algo hemos sido víctimas de la injusticia profunda, pero la señora C no es una heroína. Solo cuando el destino la pone en un abismo toma decisiones y se convierte en heroína, pero no por voluntad propia, sino por el destino.

-En la novela de Zweig, la protagonista es una mujer, pero la trama no va de mujeres y hombres. En realidad, la señora C podría ser cualquier persona…

-Sí, puede ser cualquiera, pero Zweig elige a una mujer y no una cualquiera, sino una noble, porque la aristocracia de la época estaba anquilosada socialmente. Por ser mujer y aristócrata, tiene su destino marcado, y así se casa con 18 años. De ahí viene que elija a una mujer. Además, Zweig siempre tuvo grandes mujeres en sus novelas. Por algo hemos sido víctimas de la injusticia y la desigualdad durante tantos siglos. Él lo manifestaba en sus obras.

-Además de protagonista, usted es la productora de la obra. ¿Cómo ha sido todo el trabajo de producción de una obra tan compleja?

-He aprendido mucho y he pedido muchas consejos. Es la primera vez que produzco, antes he coproducido con otros profesionales, pero en solitario nunca. Ha sido devastador para mí y muy agotador, porque desde que la vi en París hasta que levanté el telón en agosto del año pasado fueron 24 meses de sol a sol. Esto solo puede salir adelante con ilusión y muchísimas ganas. Si no lo hago yo nadie lo hubiera hecho, por lo arriesgada que es. Para hacer 24 horas… tuve que trabajar 24 meses.

-Aunque hay grandes intérpretes femeninas en el teatro español, parece que escasean las productoras y directoras.

-Sigue habiendo desigualdad en productoras y directoras. Aquí tengo equipos técnicos masculinos y femeninos y busco la paridad en mi compañía. Y lo he logrado porque hay más mujeres, pero sigue siendo desigual. También en los aspectos técnicos. En cambio, en el teatro los grandes personajes son de mujeres, desde Hécuba hasta Yerma… Yo he hecho personajes maravillosos y todos femeninos, hay una gran tradición en el teatro de grandes personajes de mujeres.

-Desde su estreno el año pasado, ¿cómo ha sido la acogida del público y la crítica de 24 horas…?

-Ha sido muy buena la recepción. Antes de estrenar ya estaban vendidas todas las entradas y tuvimos que seguir otra semana, que fue lo único que pudimos obtener porque el teatro madrileño ya estaba programado.Las críticas han sido muy buenas, algo que me alegra porque cuando afronté este espectáculo sabía que tener a nueve personas viajando es muy arriesgado y difícil por el tema económico.

-Además, la producción incluye un apartado musical, aunque no se trata de un musical al uso.

-Es una obra de teatro musical. Hay una orquesta de cámara en directo y los personajes en muchos momentos cantan y en otros hablan, pero apenas se nota la diferencia. Está muy bien dirigida por Ignacio García, que es especialista en zarzuela, ópera y clásicos, y ha conseguido que todo sea armónico. Incluso cuando bailamos todo nace desde el espíritu de los personajes. Es como si los personajes tuvieran necesidad de expresarse cantando. Y cuando expresan sus estados de ánimo también, por eso está fuera de cualquier comparación. Es diferente de todo, por eso ha tenido tan buenas criticas.

-¿Cómo ve la situación del teatro español en la actualidad?

-Yo creo que no estamos en el mejor momento cultural en nuestro país, pero a pesar de eso, los profesionales de las artes escénicas hemos hecho un esfuerzo titánico para que el nivel profesional no bajara en la cultura. De hecho yo soy un ejemplo: he aportado con una obra de Zweig y con una obra que conlleva mucho despliegue económico, por incluir una orquesta de cámara… Es un ejemplo de cómo nos sacrificamos y apostamos por la cultura. Si la cultura estuviera en manos de los organismos oficiales, la cosa hubiera ido a peor.

Autor: Pepe Iglesias

Pepe Iglesias tiene 67 artículos escritos.

Especialista en Gestión de la Comunicación para Artes Escénicas y Música por la Universidad Complutense, aprendí a escribir en El Correo de Andalucía. Ahora me dedico al desarrollo de planes de comunicación y gestión de proyectos culturales (teatro, cine, flamenco…).