Es inevitable pensar en Frequency (2000), aquella cinta en la que Dennis Quaid se comunicaba con su hijo en el futuro (Jim Caviezel) por medio de una emisora de radioaficionado. En Durante la tormenta también hay un aparato tecnológico, un fenómeno meteorológico y personas que se conectan en el tiempo con 30 años de diferencia; incluso también hay un asesino de por medio y se juega con los paralelismos, correspondencias y alteraciones entre el pasado y el presente.
Pero la cinta española reparte las cartas en este juego de una forma distinta y toma otros derroteros. No solo se queda en la peripecia argumental de una película de ciencia-ficción y suspense, sino que indaga y reflexiona acertadamente sobre otros asuntos: la realidad –o posible ilusión- de nuestra existencia, las distintas vidas que podríamos tener de haber seguido un camino u otro, la elección –o no- de nuestro propio destino, o hasta dónde puede llegar una madre por recuperar a su hija.
Con estos elementos, el guionista y director Oriol Paulo construye una trama que nos engancha durante las dos horas de metraje, e incluso nos emociona con el drama de su protagonista –magnífica Adriana Ugarte-. Y no solo está ella, sino que cada personaje o trama secundaria está cuidada al detalle, como la pareja que forman Javier Gutiérrez y Nora Navas.
De entrada, ya es de agradecer que el cine español nos traiga propuestas tan distintas y atractivas como esta, con una historia que podrían comprar en Hollywood cualquier día de estos. Durante la tormenta maneja con habilidad todos los resortes que son necesarios en el género, y nos atrapa en un laberinto de pesadilla con los consabidos giros argumentales, alguno que otro previsible, pero se le perdona. También se le pueden perdonar algunas fisuras en su desarrollo, e incluso se puede discutir el hecho de rizar el rizo en su parte final, pero todo está perfectamente ensamblado, las piezas encajan y todo cobra sentido cuando la película llega a su fin.
Y cuando la pantalla se va a negro y comienzan los títulos de crédito finales, nos queda la sensación de la doble virtud que buscamos muchas veces en una película: nos han entretenido –la cinta es sumamente entretenida- y nos hacen pensar en todos aquellos factores ya mencionados en este texto. En definitiva, uno de los mejores productos del cine español en este año que está a punto de acabar.