El mundo figurativo del pintor y escultor colombiano Fernando Botero (Medellín, 1932) se hará real -en carne, hueso y voz- sobre el escenario del Teatro de la Maestranza en una colorida puesta en escena de la ópera L’elisir d’Amore, de Gaetano Donizzetti, que estará en cartel los días 13, 16, 18 y 21 de mayo. Las icónicas figuras del artista -que no pinta gordos, sino que emplea el volumen como un elemento artístico más- sirven de base para la escenografía de una de las óperas más representadas de todo el repertorio. En concreto, la producción del Nausica Ópera Internacional de Parma (Italia) se apoya en la serie El circo, que Botero pintó en 2008 inspirado por un circo ambulante mexicano. “Era pobre y lleno de animales famélicos. Todos tenían la ropa colgada en las carrozas que usaban. Me encontré una gran poesía allí, hablé con los artistas y vi un montón de posibilidades para mi pintura” , ha declarado el artista.
La serie El circo, integrada por 32 óleos y 20 dibujos, le sirvió a Botero para volver a la alegría natural y el optimismo que le caracterizan tras haber creado una colección destinada a denunciar el dolor y la tortura de la tristemente famosa prisión iraquí de Abu Ghraib. Poco tiempo después, en 2014, se estrenó en Busetto -donde residió buena parte de su vida Giuseppe Verdi- esta versión de L’elisir d’Amore, que cuenta con la dirección escénica de Víctor García Sierra y musical de Yves Abel.
García Sierra explica en la web del proyecto Elisir Botero cómo “gracias a esta ópera de Donizetti la magia se completa: la música y la pintura se funden una con la otra en una armonía perfecta. Las formas y volúmenes generosos de Botero ofrecen a la audiencia un mundo paralelo, la realidad vista con los ojos de un maestro. De esta manera el artista nos enseña como percibir la realidad con diferentes matices: ingenuidad, ternura, vivacidad, melancolía, vanidad, astucia… todos los elementos que además caracterizan a los personajes de esta ópera”.
L’elisir d’Amore fue compuesta y estrenada en 1832 en el Teatro della Canobbiana de Milán (hoy Teatro Lirico). Se dice que Donizetti apenas empleó dos semanas para componer la partitura, aunque otras fuentes elevan ese tiempo hasta las seis semanas. El libreto fue escrito por Felice Romani, basándose a su vez en el libreto Le philtre (1831) de Eugène Scribe, dramaturgo que más tarde coescribiría el libreto también para Donizetti de La favorita, una de las óperas ambientada, al menos parcialmente, en Sevilla.
Desde el mismo momento de su estreno L’elisir d’Amore gozó del favor del público, que la ha convertido, casi 200 años después, en uno de los títulos que con más frecuencia se representan en los teatros de ópera de todo el mundo. Hasta el propio Donizetti se mostró sorprendido por el éxito de una ópera fresca y divertida, alejada de los cánones de la Grand Opèra. A ello ha contribuido sin ninguna duda la conocida aria Una furtiva lagrima, que han interpretado, tanto en la ópera como en recitales, los mejores tenores de la historia, desde Caruso hasta Pavarotti pasando por Plácido Domingo o José Carreras.
Así pues, L’elisir d’Amore es una deliciosa ópera bufa en la que se alternan los personajes ingenuos como Nemorino, la adinerada Adina, el buhonero Dulcamara o el tosco sargento Belcore, todos ellos dotados, gracias al genio de Donizetti, de una profundidad de sentimientos que convierten a esta ópera en un preludio de lo que más tarde sería el verismo lírico.
En esta versión de L’elisir d’Amore participan la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, dirigida por su titular, John Axelrod, y el Coro de la Asociación de Amigos del Teatro de la Maestranza, con Íñigo Sampil a la cabeza. Los roles principales contarán con un plantel con amplia presencia de cantantes españoles: María José Moreno (Adina), Joshua Guerrero (Nemorino), Massimo Cavalletti (Belcore), Kiril Manolov (Doctor Dulcamara) o Leonor Bonilla (Gianetta).