Las dudas de una sociedad maltrecha

Autor: Rafael Verdú || Fecha:   Escenas, Teatro, Varios

Avanti Teatro presenta en el Teatro Cervantes de Málaga el montaje 'El Jurado', una obra en la que se reflexiona sobre la corrupción y la justicia

Escena de 'El Jurado', de Avanti Teatro © Luis Castilla

Escena de ‘El Jurado’, de Avanti Teatro © Luis Castilla

Nueve personas (cinco hombres y cuatro mujeres, como mandan los cánones de la paridad) forman un jurado que deberá determinar la culpabilidad o inocencia de un político acusado de corrupción. La escena podría ser real, salvo por un detalle: en España los jurados populares, desde la última reforma legal, ya no pueden participar en litigios por corrupción. La situación es, en realidad, el punto de partida de la obra El jurado, la última creación de Avanti Teatro, que acaba de estrenarse en Madrid y recala ahora en Málaga (3 y 4 de junio, Teatro Cervantes)

‘El jurado’ se inspira claramente en ‘Doce hombres sin piedad’, obra dramática de Reginald Rose que fue llevada al cine magistralmente por Sindey Lumet con Henry Fonda como protagonista, y así lo reconocen los responsables de la producción. Para Eduardo Velasco, actor y coproductor de ‘El Jurado’, “nos hemos quedado con la arquitectura básica de la situación, un jurado que tiene que emitir un veredicto de culpable o no”. Pero aquí acaban las similitudes: “mientras que en Doce hombres sin piedad nos encontramos con un juicio por asesinato con pena de muerte, en ‘El jurado’ se juzga un caso de corrupción”. Tanto el texto original como el filme de Lumet ofrecen un retrato de la sociedad de EEUU en los años 50, “y eso es lo que hemos querido hacer nosotros, un retrato de la sociedad española y un posicionamiento ante la corrupción”, aclara Velasco. Los espectadores no deben temer los spoilers si han visto o leído Doce hombres sin piedad, pues incluso el final se ha cambiado “y es tan diferente que sorprenderá a todo el mundo y dejará a los espectadores con la boca abierta”. 

Para reflejar la España actual, Avanti Teatro ha creado una serie de personajes que responden a los modelos de la sociedad, y no sólo por la paridad entre sexos (hay que recordar que en Doce hombres sin piedad todos los jurados eran, como reza el título, hombres). Así, ‘El jurado’ está compuesto por, entre otros, una inmigrante de segunda generación (la popular presentadora de televisión Usun Yoon) a la que se le sigue tratando como si fuera extranjera; una madre coraje y ama de casa (Isabel Ordaz); un prejubilado que está a punto de perder su casa; un joven empresario; un activista de izquierdas… Según Eduardo Velasco, con este reparto “hemos intentado que cualquier persona del público pueda identificarse con alguno de los personajes”.

“Son dos preguntas, una hacia fuera de la justicia y otra hacia  dentro. Por un lado, ¿es justa la justicia? Cada persona tiene su propia opinión y la mía personal -aclara Velasco- es que el sistema judicial no es justo ni en este país ni en el mundo”.

Así pues, ‘El jurado’ hace una radiografía de la sociedad española, pero también quiere plantear dos grandes interrogantes relacionados con la justicia. “Son dos preguntas, una hacia fuera de la justicia y otra hacia  dentro. Por un lado, ¿es justa la justicia? Cada persona tiene su propia opinión y la mía personal -aclara Velasco- es que el sistema judicial no es justo ni en este país ni en el mundo”. La segunda cuestión es “si yo sería justo si estuviera en esa misma situación del jurado. ¿Tendría la  capacidad para decidir si una persona es culpable? Porque el dedo acusatorio se apunta muy fácilmente y más cuando la corrupción es interminable, cada semana hay un caso nuevo”. La reflexión se plantea desde el inicio de la obra, cuando uno de los personajes suelta un “todos los políticos son unos corruptos”, y otro le responde que, obviamente, todos no lo son. 

Juzgar bajo presión

Los jurados populares están muy presionados desde el exterior, explica Velasco (en el caso de ‘Doce hombres sin piedad’, la presión se consigue con una metáfora, la atmósfera opresiva de un bochornoso día de verano). Los medios de comunicación pueden llegar a condicionar las opiniones de un jurado, y por eso Avanti Teatro se ha rodeado de colaboradores del ámbito judicial para recrear con la mayor fidelidad posible cómo trabaja un jurado popular bajo presión. Han contado, por ejemplo, con el juez Elpidio Silva o un reputado abogado penalista como Álvarez de Cuéllar. “Todos los juicios por corrupción que hay ahora en marcha están bajo una gran presión mediática,  hasta el puto de que las televisiones están copiando formatos de telerrealidad, como ‘Gran Hermano’ o ‘Supervivientes’, para aplicarlos al debate político, y todo eso influye en un jurado”, afirma Eduardo Velasco. 

El jurado es, por tanto, una obra con una gran carga de crítica social y política, que forma parte de la idiosincrasia de Avanti Teatro desde sus orígenes -su primera obra, ‘El encuentro’, se inspiraba en la reunión entre Adolfo Suárez y Santiago Carrillo en 1977-. Según Velasco, este tipo de teatro de denuncia social está muy en boga en los últimos tiempos, y “creo que es necesario. Shakespeare ya fue un gran cronista de la sociedad y la política. El teatro y la cultura deben reflejar la realidad de un mundo inestable; están cambiando las cosas y tenemos que ser reflejo de eso. Yo mismo he sido partícipe hace cinco años del 15-M, hasta que llegó un momento en que dije que mi espacio natural es el escenario. Lo que yo tenga que decir el mundo lo haré desde el escenario, porque podrán callarnos, pero nunca silenciarnos, porque si nos quitan la palabra siempre tendremos el gesto”. 

«Shakespeare ya fue un gran cronista de la sociedad y la política. El teatro y la cultura deben reflejar la realidad de un mundo inestable»

Rafael Verdú

Autor: Rafael Verdú

Rafael Verdú tiene 9 artículos escritos.

Rafael Verdú es periodista con más de 20 años de trayectoria profesional. Ha trabajado en diarios y diferentes empresas e instituciones en las provincias de Córdoba, Huelva, Cádiz y Sevilla. Está especializado en información cultural.