Cuando se inauguró oficialmente el nuevo Pavón Teatro Kamikaze con el estreno oficial de Idiota de Jordi Casanovas, nos encontramos con una casa del teatro comprometida con la dramaturgia actual y viva del país. No solo por el estreno de la obra de Casanovas, sino porque los fundadores de esta nueva casa de las artes escénicas de Madrid ponen sus invitaciones de protocolo y de compañía a un precio simbólico de tres euros, con los que irán recogiendo una “bolsa” a repartir entre dos dramaturgos, Antonio Rojano y Lucía Carballal, para que puedan “escribir un poco más desahogados” como dijo Aitor Tejada, miembro fundador de la compañía Kamikaze junto a Miguel del Arco y precursor del Teatro Pavón-Kamikaze en compañía de Del Arco, Jordi Buxó e Israel Elejalde.
En esa línea en apoyo a nuestros autores se encuentra lo que podríamos denominar el “off” del Teatro Kamikaze o la sesión de noche, como más les guste, La Función por Hacer de Miguel del Arco dio el pistoletazo de salida en el ambigú de la sala y le sigue en función de noche tras la programación principal Perra Vida del canario José Padilla. El próximo autor que aterrizará en el teatro del castizo barrio de San Cayetano será Ignasi Vidal con El Plan, texto que ya programaran José Martret y Alberto Puraenvidia en su desaparecida Pensión de las Pulgas y que se alzó con el Premio Godoff al mejor espectáculo del circuito alternativo de la ciudad.
El plan de Ignasi Vidal
En esta ocasión se incorpora al reparto Manu Baqueiro que reconoce que el texto le apasionó. “Es un canto a la amistad con un punto de patetismo en los personajes. Un texto muy bien escrito, muy bien contado. Me enamoró y el hecho de ir al Pavón pues también me pone un poco, para que nos vamos a engañar”, afirma el actor. La función, difícil de encuadrar en un género, cuenta la historia de Ramón, Andrade y Paco, tres amigos en paro que tienen un plan que ejecutar, pero a partir de la avería del coche donde iban a ir a su destino empiezan a cuestionarse sus propias vidas, hasta el punto de hacernos pensar al espectador que puede ser que estemos codificados desde antes de nacer para actuar de la forma que actuamos o que tenemos la suficiente autonomía de torcernos en la línea del destino y tomar otra dirección, a veces equivocada.
Javier Navares, que está en el reparto desde los inicios de la producción junto a Chema del Barco, destaca que el lenguaje natural y cercano de la función hace que el público entre muy bien en la representación, «hasta el punto de sentirte un poco voyeur y parecer que estás mirando a través del patio de vecinos o del ojo de la cerradura» y no descarta que, una vez que el público haya empatizado con unos personajes muy reconocibles en nuestro día a día y hayamos reído con ellos puedan sentir “como un puño en el estómago al desenmascarar una realidad que también existe y está ahí fuera. No es comedia, no es drama, es la vida misma”.
La función, una producción de Uroboro, podrá verse jueves y viernes a las 22 horas y domingos a las 20 horas a partir del 6 de octubre, tres únicas semanas. Corran que se acaban las entradas.