He de reconocer que cuando vi el cartel de la Monkey Week 2017 y supe que me iba a tocar escribir sobre ello tenía el planteamiento claro. La faena fue obtener la acreditación, haber ido, y tener una perspectiva, no opuesta a la anterior, pero sí que las cosas cambian. Desde dentro, no cabe la menor duda de que Monkey Week es el pulmón de la música.
Ecléctico, original y vanguardista, el ahora festival sevillano es un enramado (por poco pongo crisol pero no, os quedáis sin chupito) de estilos musicales en el que perderse durante la semana que vino a redimirnos de la Feria y la Semana Santa. Además de los mencionados, rock, garage, techno, shoegaze, dub, afrobeat, synth-pop, folk y, con la ayuda de Antropoloops, todos los estilos del mundo y de la historia se han cruzado estos días en los alrededores de la Alameda de Hércules. Después de un arranque el lunes con charlas, conferencias y actuaciones en distintos espacios, llegaba el turno de los puntos principales.
El jueves arrancó con el dúo afrobeat Juno & Darrel en el Espacio Santa Clara, donde ese mismo día destacaron las actuaciones de los sevillanos The Magic MOR y los gaditanos Smokers Die Young y su particular vuelta al sonido Seattle. Un gran previo antes de movernos a ver a uno de los artistas con más peso de los que han pasado este año por la capital andaluza, Swans, que traía en uno de sus últimos conciertos antes de que el grupo desaparezca su estremecedor paisaje de sonidos, una experiencia más allá de la música. El planteamiento del norteamericano Michael Gira es todo un trance sensorial.
El viernes encontró sus puntos más fuertes de nuevo en Santa Clara con Tooth y, a juicio del que escribe, uno de los directos más poderosos de este año, Niña Coyote Eta Chico Tornado, batería y guitarra al servicio del hard rock para dar un paso más en uno de los formatos estrella de la edición, ¿hablamos del power dúo? porque ahí estaban también Bala y, en un tono más cercano al bolero ranchero, la maravilla chilena, La Big Rabia. En esta misma jornada, The Agapornis, Quentín Gas y Los Zíngaros y All La Glory cerraron la fiesta del Escenario Ron Contrabando, y unas horas antes, Los Voluble, en el escenario Jaggermusic de la Casa Palacio Monasterio ofrecían un actualizado espectáculo de su reivindicativo uso de la electrónica con referencias al los disturbios del referéndum de Cataluña.
El sábado, los monetes hacían acopio de las últimas fuerzas. Inyección de potasio y a por las propuestas del último día. Bueno, el penúltimo si contamos el domingo y su ‘Resaca de los Monos’ con las actuaciones de Tera Bada e Instant Party, entre otras. pero antes de eso, en el transcurso de la batalla de bandas de Radio 3, Fun Club acogía la actuación del rock sureño a la americana de Red Beard, en el que presentaron temas de su próximo disco, Dakota. Y los mencionados Bala derramaban energía a continuación y solo una hora antes de tener que hacer doblete en el escenario Contrabando por la ausencia de Furia Trinidad. Quedan por destacar, las actuaciones de Rocío Márquez, una de las abanderadas de lo que ya se conoce como la nueva ola del flamenco y el imaginativo rock de Cabezafuego en el escenario SON Estrella de Galicia del Teatro Alameda, además de la interesante inmersión en los ritmos de todo el mundo de Antropoloops, proyecto que lleva a cabo un brutal trabajo de investigación musical para el que incluso han desarrollado su propia aplicación para ordenar los discos sobre un mapa interactivo.
Describir en unas cuantas líneas qué es Monkey Week no es tarea fácil. Este año se han dado cita más de 200 bandas en una sola semana de conciertos y otros eventos relacionados con la música y la cultura. La organización ha vuelto a acertar al repetir con el espacio Happy Place conocido como «la pista», todo un emblema ya de esta nueva etapa. Esperemos que tanto la organización como las empresas de mangement y productoras que apuestan por esta romería de la música, sigan mostrando devoción por esta santa semana durante muchos años.
Lo malo para el final
Uno cuando va a un evento musical como Monkey Week no espera, afortunadamente, a Love Of Lesbian de cabeza de cartel, porque ni se trata de que vayas a ver bandas que ya conoces, ni es ni de lejos un festival indie mainstream. Es por ello que cuanto menos sepas de la programación, probablemente mejores experiencias puedas llevarte. Y eso este año ha temblado un poco.
El lema lo deja claro: «Descubre hoy las bandas del mañana». Monkey Week con esta frase lleva marcando el ritmo durante los nueve años de vida que tiene el festival del potasio. Ha sido y sigue siendo una de las mejores plataformas para grupos poco conocidos y un lugar caracterizado por el intercambio, los encuentros entre gente de la música y ser la probeta de varios proyectos. Pero su traslado a Sevilla y el aumento del público en comparación con El Puerto de Santa María, antigua sede, puede que esté haciendo mella en la programación, y este año hemos visto como han pasado de establecer la tendencia a seguir la del trap, con una alta participación del género de moda entre los chavales con altavoz en el teléfono móvil que asisten al instituto de mi calle. Aún así, puede que hayan encontrado la mejor versión del estilo con actuaciones como la de Princess Nokia. Y también resucitar artistas que más que del mañana son muy pasado del pasado. Valga de ejemplo Elphomega, maravilloso show, sí, estamos hablando de uno de los mejores raperos que ha dado este país, pero está más cerca de los días de gloria del One Man Army (2004) que de convertirse en el nuevo héroe del rap, a menos que opte por subirse al carro del trap, claro. Cruzo dedos.
Por otra parte, la iniciativa del Escenario Contrabando, gratuito, para acercar a todo el mundo al ambiente de Monkey Week está muy bien, pero lo convierte en un lugar lleno de gente en el que no se escuchan tantos aplausos como caídas de cubos de hielo en vasos de botellón. Lejos de querer ser aquí elitistas, se convierte en un lugar desagradecido en el que el ambiente de los últimos Territorios encuentra su rebrote.
En cualquier caso, un festival en Sevilla que apuesta por Estrella de Galicia y nos saca de la tiranía de la Cruzcampo está haciendo por cambiar las cosas a mejor en la música.