Eran otros tiempos. Ni muy lejanos ni encasillables bajo la misma etiqueta. No es algo tan antiguo y definible como la II República, la Guerra Civil o la Transición Española. No. Es más bien ese periodo que va desde finales de los setenta hasta los primeros años del presente milenio. Cuando estuvimos tan hartos de disciplina, servicio militar y catetismo que no se nos pasaba por la cabeza incurrir en la autodisciplina progresista de no ver películas cuyos actores aún estuviesen vivos, escuchar los grupos con menos repercusión mediática o no comer nada que provenga de cualquier cosa que arroje sombra. En esa época se era más libre en tanto que más bestia. Por ignorancia, si quieres trolear lo que aquí se dice. Porque no teníamos Internet para mostrarnos los perjuicios de la carne en la sangre, las injusticias sociales de Oriente o todo el universo cultureta que ofrece. Con respecto a lo de la carne y demás temas dietético-sanitarios, genera más confusión que conocimiento, pero esa es otra historia. El caso es que aquella mentalidad tan cargada de prejuicios como propensa a derribarlos, resultaba en una búsqueda continua por escandalizar tan reiterativa que acababa pasando por alto lo que a día de hoy serían y son consideradas auténticas barbaridades, que los disciplinarios del progresismo no dudarían en censurar en pro de una sociedad mejor. De esas poco más de dos décadas desprovistas de la delicadeza moral de la que hoy hacemos gala, rescatamos cinco canciones que, de haberse escrito hoy, hubiesen revolucionado Twitter y, por ende, los informativos y la industria de la música. Lo más llamativo es que casi todos los ejemplos guardan relación con actitudes machistas.
1. Loquillo y los trogloditas – La mataré (1987)
Por favor. Solo quiero matarla, a punta de navaja besándola una vez más. Con este verso, con el que acababa tan ilustre tema del rock patrio, y el título, tenemos bastante. Tampoco hemos venido aquí a levantar las ampollas de la sociedad de la segunda década del siglo XXI con canciones de la penúltima del XX. Además, tenéis el tema al completo más abajo por si os aficionasteis al Rock FM después de que decidiesen no volver a pinchar la canción. Porque eso fue lo que pasó. Incluso Loquillo tuvo que retirarla de su repertorio en los directos. La canción de la banda catalana fue un éxito a finales de los ochenta. Lo cantaban hasta las mujeres. Un despiporre. No se quiere aquí quitar importancia al problema al que alude, pero la canción no ha sido tabú hasta hace un rato y, de haberse escrito hoy, no hubiese pasado ni la primera audición de la discográfica.
2. Los Ronaldos – Sí, sí (1987)
Si al 95 % de las pijas que han cantando el No hay manera le dices que la compuso el mismo tipo que escribió esta canción, las matas de un súperdisgusto. La temática es igual de delicada que el caso anterior y, por lo tanto, las razones por las que hoy el disco no hubiese visto una estantería de Fnac en su vida, las mismas. El caso es que con el paso del tiempo sí las ha visto. Porque la canción vive desapercibida, fujitiva del dedo acusador, del pensamiento racional. Maltrato, violación… Sí, la letra hoy despierta poca empatía. Pero ahí estaban Coque y los suyos, en el escenario de TVE cantándole a aquel país una bonita historia de allanamiento, violación y asesinato pasional.
3. Siniestro Total – Más vale ser punky que maricón de playa (1983)
De este grupo podríamos escoger cualquier canción metiendo la mano en la urna sin mirar y casi seguro que hoy no pasaría la criba de la supramoral moderna. Nos hemos quedado con esta. Pase lo del perfume pachulí y lo de que a Bryan Ferry le huele el aliento, pero lo de maricón de playa en los años que corren no hubiese sentado bien a la audiencia de las radiofórmulas, especialmente susceptible en su intelectualismo pretencioso, ya sabéis, esos de la bandera de Francia y la del arcoiris en el perfil del Facebook según toque, y que se tragan un par de bestsellers durante el verano porque ellos leen. En una época en la que los derechos de la comunidad gay se han utilizado como elemento de marketing de una legislatura (y me alegro por lo que se haya conseguido), habría que ver la reacción del ‘progre porque sí’ ante el uso despectivo de la palabra «maricón».
4. Molotov – Quítate que ma’sturbas (1997)
A finales de los noventa aún eramos tolerantes con lo políticamente incorrecto. De hecho, el cuarteto mexicano Molotov pegó uno de los pelotazos discográficos más gordos de la década con su ¿Dónde jugarán las niñas? (1997). Principalmente por dos temas incluidos en aquel sonado debut, Gimme tha power, que les valió el destierro de México, demostrando que nos llevan veinte años de ventaja en cuanto a ser susceptibles con este tipo de obras, y el bombazo de la cara B, Puto, bastante más explícito e irreverente que la canción que he elegido para el puesto número 4, pero como lo de insultar al unísono aquí nos flipa, ahí tenemos el fútbol, todavía te encuentras algún cincuentón víctima del mosto vociferando el taco en una verbena a las tres de la mañana. Esa hora en la que el discjockey de pueblo tira de repertorio infalible. Quítate que ma’sturbas es una antioda a la figura de la calientabraguetas, que se ha llamado de toda la vida, aunque esté muy, muy feo. No fue el tema principal del disco, pero me apuesto mi libertad de expresión a que de no publicarse hoy el disco, uno de los más vendidos de aquel año, hubiésemos tardado poco en saber en Change.org de alguna madre indignada con el mensaje machista que reciben sus hijos. Por aquel entonces, con el Parental Advisory era suficiente.
5. Los Frenillos – Como te portes mal (1987)
No fue lo que se dice un éxito, ni un top ventas, ni una de las canciones más recordadas del pop de los ochenta. Pero ahí estuvieron, y algunos de sus miembros formaron parte de bandas míticas de la época como Mamá o Glutamato Ye-Yé. La letra hoy no solo trascendería los límites desconocidos de lo políticamente incorrecto, directamente, tendría cárcel. Como te portes mal te vas a hacer conocida en urgencias de La Paz, como te portes mal te rajo de arriba a abajo y ya no me jodes más. El gangsta rap es a esta letra lo que la leche con magdalenas al mundo de la droga.
+1. El Dúo Dinámico – 15 años tiene mi amor (1959)
Sí, esta es de regalo. No va a escandalizar a nadie jamás, la letra es inocente, ñoña, cursi, pastelosa, pija y remilgada. Es lo más inocuo que se ha hecho en la historia de la música. Es casi un villancico de verano. El problema es que la cantaban dos hombres entrados en la veintena y que, de vuelta a los escenarios, con más de 70 años, Manuel y Ramón siguieron hablando de sus novias quinceañeras. Con la cara iluminada. Observen la perversión.