Es el nuevo hito de la realidad virtual que transciende los video-juegos y las imágenes únicamente digitales. Es ver una película de imagen real dentro de ella, una película que te rodea. Se puede visionar por una “ventana” que te muestra el recuadro clásico pero con una suerte de mecanismo, cursor, joystick que te permite visualizar arriba y abajo, izquierda y derecha (360º) y la experiencia total: unas gafas especiales o casco con el que tienes la percepción sensorial (real) de estar ciertamente dentro, al menos visualmente, de la película y tu visión en función del giro de cabeza, como en la pura vida.
Peter O’Toole , en ‘Lawrence de Arabia’
Aparte de aspectos técnicos, esta nueva tecnología, ciertamente espectacular y fascinante, tiene problemas o retos en el sentido de que establece nuevos parámetros de narrativa visual. No se puede controlar hacia donde mira el espectador, el montaje o es complicado o imposible por el vértigo que puede producir el corte de plano… en fin. En cualquier caso es emocionante, se abre un nuevo mundo de posibilidades. Formará parte de nuestras vidas como ya nos anunciaba el cine de ciencia ficción o cuando menos será una experiencia divertida o un juego simpático.
Mis conocimientos de cine no son enciclopédicos, lo tengo que recordar muchas veces cuando, sin mala fe, la gente te pone a prueba. Que gran invento Google. Recuerdo una conversación entre un cristiano y un sarraceno o musulmán, en un desierto. Hubiera jurado que era en ‘Lawrence de Arabia’ Peter O’Toole con Omar Sharif o Anthony Quinn… maravillosa película, pero la he repasado y creo que no.
La cuestión es que, el árabe explica: el problema del occidental es que por cultura tiene opciones donde elegir y así es responsable de sus actos, mientras que en el mundo musulmán hay un mayor determinismo y esa falta de capacidad de elección lejos de ser castrante hace que la gente sea más feliz, que se centre en disfrutar de la opción en vez de dudar entre las opciones, que cuando menos crea incertidumbre.
Esta conversación se me vino a la cabeza al reflexionar sobre este nuevo soporte de 360º. Toda nuestra cultura audiovisual está basada en el determinismo de una ventana, con mayor o menor panorámica, y sobre ella hemos desarrollado un maravilloso y fascinante lenguaje audiovisual. Y ahora con la película rodeándote es poderoso e interesante emocionalmente estar inmerso en la acción (de momento sólo visual) pero… para donde miras? Y que te pierdes mirando a un punto de espaldas a otro?
Hace muchos años que he tenido experiencias pobres de realidad virtual pero ha sido este año en el Festival de Berlín- Berlinale, cuando me han puesto un casco de nueva generación y he tenido una experiencia total de encontrarme, en imagen perfectamente real HD, en medio de una habitación, con muy pocos elementos, minimalista, llena de gente desnuda (curioso y comercial). No era una porno, ni siquiera erótica, más algo tipo videocreación o performance.
La sensación, a parte de la fascinación inicial, es que estando rodeado de gente desnuda, chicas y chicos que se acercan y alejan, que aunque no haya contacto físico (faltaría más, aunque tema interesante para el futuro) en mi condición de común heterosexual no puedes reprimir un cierto “desconfort” pensando qué puede estar en ese momento a tu espalda o… qué te puedes estar perdiendo.
