El centro de Sevilla. Los aledaños de la calle Feria, cualquier arteria a la Alameda de Hércules o Amor de Dios con sus icónicas tiendas de discos son, sin duda, el mejor sitio para encontrarnos con uno de los músicos más representativos de la ebullición rock –y, ahora, explosión de flamenco– de la ciudad. De familia de cantaores y bailaores. De rebeldía eléctrica. Desencadena esta dualidad de su alma entre sus dos grupos, Los News y Los Zíngaros. Hablamos con Quentin Gas, un artista en plena madurez creativa, en el día de su cumpleaños.
–¿Cuántos?
–Treinta y cuatro.
–¿Cómo llegas a los treinta y cuatro profesional y personalmente?
–Personalmente, muy bien. Con mi novia desde hace cuatro meses. Y profesionalmente, bien. Podría ser mejor, como todo, pero estoy bien porque, aparte de Los News, que es mi grupo de toda la vida y con ellos muero, estoy consiguiendo con Los Zíngaros algo que pensaba que no podría hacer porque me he visto siempre en Los News y no quiero dejarlos. Estoy conociendo una parte de mí de la que hasta ahora como músico huía. Siempre me han preguntado amigos artistas y gente de mi entrono que, viniendo de donde vengo, el flamenco, por qué no hacía algo relacionado, y siempre les decía que no, que paso. Rehuía de la tradición, era como una rebeldía, pero ahora estoy explorando esa parte de mí y estoy muy bien.
–¿Es el momento de plantearse pureza o mestizaje tanto en el rock and roll como en el flamenco?
–Me gusta cómo ha pasado porque ha sido muy natural. Después de que me hayan dicho haz esto o lo otro, canta en español…, ahora estoy haciendo todo lo que me han dicho desde siempre. Pero ha pasado en el momento que yo he querido y que me ha elegido solo. Por azar. Yo veía a mi familia irse a actuar a Japón y pensaba qué inventarme para ir con ellos, todo empezó por ahí. Yo estaba en mi mundo con Los News, el rock and roll, Led Zeppelin, Black Sabath… y de repente todos se iban a Japón y yo quería ir. Sería complicado saber si fue antes el rock and roll o el flamenco. Claro. Yo el flamenco lo he tenido ahí siempre y me resultaba una vía muy fácil y quería ir por lo complicado.
–Te tira mucho la danza y, de hecho en tu espectáculo con Los Zíngaros, hay baile. ¿Solo la flamenca o todo tipo?
–No, no. Me gusta de todo tipo. La flamenca es la que me llega más porque he vivido con eso. Precisamente estaba con mi amigo Diego, que es argentino, y me ha enseñado el malambo. Es una danza argentina de origen criollo que mezcla el taconeo flamenco con bailes regionales indígenas. Me ha encantado. No sé si lo metería en un espectáculo pero sí se lo enseñaría a mi madre y otros bailaores flamencos para ver si pueden pillar cosas. Muy interesante. Te contesto ahora a pureza o mestizaje, me quedo con los dos. Me gusta que haya fusiones. Es esencial que haya gente que rompa con lo que está hecho, pero a mí me encanta lo puro y que haya también gente que lo conserve. Por ejemplo, en mi espectáculo, cuando es el momento de mi familia, yo no me meto.
–Con Los Zíngaros vemos que estás a tope, ¿cómo van Los News?
–Va bien, tío. Acabamos de terminar la primera parte de la gira y en verano espero que haya algunos festivales. De momento tenemos confirmados el SubeRock, en Badajoz, y el Granada Sound a finales de verano. Hay voces de alguno más pero no está confirmado. Después de verano seguiremos con la segunda parte de la gira de If we don’t, who will?, que durará mientras el disco tenga vida. Ya sabes, eso depende de los resultados.
–¿Y qué resultados te dan Los Zíngaros?
–Sobre todo a nivel personal. Para mí grabar este disco, Big Sur (2015), era una necesidad. Era algo de mí que no cabía en Los News. Me ha dado seguridad y madurez musical en solitario. De hecho, ya estoy trabajando en el próximo. Este disco me encendió la bombilla para saber lo que quiero a nivel personal.
–¿Cómo ves el rock en Sevilla ahora mismo y qué es el rock sevillano para ti?
–Lo veo muy bien. Me atrevería a decir que mucho mejor que hace unos años. Sevilla es muy musical. Grupos de rap, poperos… pero el rock estaba ahí con nosotros, los Milky (Milkyway Express), Chencho y poco más. Ahora hay una hornada de grupos bastante interesantes. Echas un vistazo a los grupos de Sevilla y no tienen nada que envidiar a otras ciudades y países. Aquí hay gente que hace de todo: folk, swing, blues, pop. De todo.
–Mójate si quieres. ¿Qué te parece la Monkey Week en Sevilla?
–Next! Ja, ja. Yo lo veo genial. Como concepto de festival no creo que cambie. Si se hiciese un cambio de concepto, como un Territorios en un solo recinto, sí diría vaya mierda, me habéis cambiado el rollo. Pero, como es lo mismo, no es más que un sitio por otro. Yo estoy de acuerdo con que el puerto tenía magia. Se había formado algo muy guapo que los que íbamos para allá nos ha dolido desde el punto de vista romántico. ¡Lo único que no me gusta es que me han quitado de irme mi fin de semana a El Puerto! Está bien. Hay que crecer.Va a ser un acierto. Se prueba y, si va mal, se puede volver.
–Gran cinéfilo. Hablemos de cine. ¿Qué has visto últimamente?
–¡Esto es lo que yo estaba esperando! La última ha sido Cara a cara, de Ingmar Bergman. Y me ha dado coraje verla porque ha sido tarde. Se ha convertido en mi película favorita de Bergman. A mí me gusta conocer de los directores toda la obra. Me hago listas. Tú no puedes conocer a un artista por solo una o dos obras. Tienes que ver por lo menos el setenta y cinco por ciento. De todos modos te recomiendo esta.
–¿Género preferido?
–Drama. Del angustioso. Rollo Haneke. Que te deje huella.
–¿A qué película te gustaría haberle compuesto una banda sonora?
–Buff… a Coffe and cigarettes, de Jim Jarmush. Pero no descarto hacérsela dentro de treinta años a una James Bond.
–¿Tu música tiene influencias del cine?
–Claro. Mucha. Por ejemplo, en la canción incluida en Big Sur, Les Temps Detruit Tout, el título es una frase que aparece al final de Irreversible. Se me quedó la frase y le hice una canción. Y te adelanto que en el segundo disco de Los Zíngaros, no te puedo revelar el título, pero hay otra movida así.
–¿Qué te emociona?
–Me emociono con cualquier cosa que sea sincera y venga de dentro. Ya sea arte o cualquier otra cosa. La sinceridad.
–¿Qué te aburre?
–Más que aburrirme, yo diría que me da coraje. Últimamente cuando hablo con alguna gente que me quiere tomar por tonto. Yo prefiero que me digan un no rotundo a que me den largas, creyendo que yo no estoy esperando. ¿Sabes?, esos engaños tontos. Vamos, falta de sinceridad. Pero, ¿aburrirme?, yo que sé. ¡La pesca! Eso de la caña no lo entiendo.
«Mi teoría es que todos somos un número. Tú eres lo que cobras, lo que mueves, las visitas que tienes en Youtube, los discos que has vendido… Números. Da igual lo que hagas. Ahí tienes Territorios»
–¿Cómo ves el respaldo que se le da a la cultura?
–Veo que se apoya a tres. Y hay más gente. Ahora mismo, yo no puedo quejarme porque hay veces que me llaman y me dan un caché. Pero hay que ganarse eso. Yo llevo mucho tiempo y sigo y seguiré haciendo conciertos promovidos por mí. No queda otra. Pero bueno, tenemos lo que tenemos y no está mal. Está muy bien lo que está pasando en Sevilla. Se lo repartirán todo entre tres, pero al menos hacen cosas. Lo que no va a pasar y es comprensible es que si llegas de nuevas no vas a encontrar una subvención del tirón. Hay que ganárselo. Mi teoría es que todos somos un número. Tú eres lo que cobras, lo que mueves, las visitas que tienes en Youtube, los discos que has vendido… Números. Da igual lo que hagas. Ahí tienes Territorios.
Fotos: Wade Wilson.
